
25 Ago Explicando los Pilares
Más allá de apoyar al alumnado o la infraestructura escolar, la Fundación Semillas para el Progreso realiza un importante trabajo desarrollando las capacidades del cuerpo docente de las escuelas, que constituye uno de los pilares fundamentales del programa Semillas Digitales.
Cuando la mayor parte de las personas piensa en su época en la escuela primaria, se les viene a la mente las aburridas clases y largas sesiones de memorización de contenidos cuando las clases solamente requerían silencio y concentración. La pedagogía crítica, uno de los 5 pilares teóricos que guían la metodología del programa Semillas Digitales propone un método de aprendizaje radicalmente diferente, que busca desarrollar el potencial individual y no adoctrinar a los/las estudiantes.
Este modelo de pedagogía crítica surgió como una filosofía de la educación del activista y teórico educativo Paulo Freire, cuya experiencia en el sistema educativo y el contexto de pobreza de Brasil le llevó a cuestionar cómo este sistema educativo puede influir o perpetuar la pobreza y el desarrollo.
Freire escribió Pedagogía de los Oprimidos, obra fundamental para la transformación de la teoría educativa. En su publicación, define el modelo educativo vigente como “modelo bancario”, ya que trata al alumnado no como un activo con capacidad de cuestionarse cuestiones y transformar el mundo, sino como receptores pasivos a los conocimientos estáticos que proporciona un/a docente. La pedagogía crítica que propone Freire es todo lo contrario a este sistema de aprendizaje, que promueve el empoderamiento del alumnado y al mundo exterior no como a una entidad a la que deben ajustarse, sino que un entorno que pueden modificar. De esta manera, los valores de esta pedagogía crítica promueven el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico y autoempoderamiento en los/las estudiantes.
La Fundación Semillas para el Progreso fomenta a través de sus facilitadores la pedagogía crítica en las escuelas en las escuelas. Todos los meses, cada uno/a de los facilitadores dedican decenas de horas de capacitación, así como varias horas de viaje para compartir con los/las docentes sesiones de “mediación pedagógica”. En estas sesiones, los facilitadores/as mantienen diálogo con los/las docentes sobre los componentes de sus prácticas de enseñanza, ofreciendo apoyo y orientación sobre cómo potenciar mejor a sus estudiantes.